Julee
Noviembre 2006: sin llamar antes ni esperarlo, la policía de Entebbe dejó en Malayaka House un bebé mientras Robert estaba en los alrededores de nuestra casa, realizando varios recados. No dejaron ninguna información, solo que su nombre era Julee y que había sido abandonada. Robert trató de ponerse en contacto con el oficial que trajo al bebé pero no hubo forma de que cogiera el teléfono.
La niña llegó malnutrida y traumatizada y con necesidad inmediata de atención médica. Tenía unos 3 o 4 años. Tras dos días con nosotros, comenzamos a sospechar que había sido violada. La llevamos a un médico americano que lo confirmó y nos derivó a un ginecólogo.
Diciembre 2006: si hay una palabra que pueda describir cómo era Julee, es resistente. Varias semanas después de su llegada, se podía escuchar su risa en toda la casa según iba cogiendo fuerzas. Era una maravilla observar cómo interactuaba con el resto de niños de la casa: se preocupaba por ellos y disfrutaba gritando sus nombres! Era también una participante activa de nuestras pequeñas clases en Malayaka House y estaba claro que pronto andaría y todos esperábamos ansiosos ese momento.
Marzo 2007: a finales de febrero nos dimos cuenta de que Julee no estaba muy bien, y que de alguna forma había dejado de ser ella misma. Tenía problemas al respirar y se notaba que no estaba tranquila. La llevamos al hospital en Kampala donde la pusieron oxígeno con una medicina durante 2 semanas. Los médicos llegaron a la conclusión de que tenía un tumor cancerígeno en el pulmón que empujaba contra el corazón y le dificultaba la respiración. Hablaron durante días de la posibilidad de una operación pero finalmente los médicos le dijeron a Robert que no tenían los medios adecuados para llevar a cabo la operación que Julee necesitaba. Frustrados y sin saber qué hacer, seguimos el consejo que nos dio otro médico y la llegamos a Nairobi, Kenia, donde los médicos tenían más medios y más experiencia y medios más sofisticados para tratar a niños.
Julee sobrevivió el camino en coche durante 20 horas que tuvimos que recorrer hasta Nairobi, y los tres días de chequeos. El diagnóstico confirmó que Julee no tenía un tumor cancerígeno si no una hipertensión pulmonar. Esta enfermedad afecta a cómo el corazón bombea sangre y oxígeno a los pulmones. Probablemente Julee la había tenido desde que nació y estaba en ese momento, en su nivel más alto, requiriendo un multi transplante de órganos, algo remotamente imposible de llevar acabo en el Este de África. Lo único que podíamos hacer por ella era cuidarla y hacerle sentir querida.
Julee sobrevivió el viaje de vuelta a Malayaka House, pudo ver una vez más al resto de su familia, aunties y hermanos y hermanas, que la rodearon con amor. El 10 de marzo de 2007, horas después de su vuelta a casa, Julee dejó de respirar mientras dormía en los brazos de Robert. Los últimos meses de vida de Julee estuvieron llenos del amor y cariño del resto de sus hermanas, hermanos, aunties y Uncle Robert. Nunca la olvidaremos.