Sali

En mayo de 2008, llamaron a Robert de la Policía de Kawempe, en Kampala, para pedirle asistencia con un niño abandonado. La policía estaba sorprendida ante la situación: el niño estaba sano y bien nutrido, a diferencia de la mayoría de niños abandonados que encontraban, con lo que asumieron que se habría perdido. Intentaron por todos los medios encontrar a la familia del chico, incluso a través de anuncios en la radio, prensa y medios locales.

Esperaron dos semanas, pero como nadie reclamaba al pequeño, decidieron que había llegado el momento de buscarle un lugar mejor que una comisaría de policía. Todos los orfanatos de la zona estaban llenos así que nos ofrecimos a acogerle hasta que apareciese alguien que le reclamase. El niño tenía entonces aproximadamente 5 años y se presentaba a sí mismo como Sali Swaile.

Sali es un niño curioso, inteligente, amable y alegre. Encontró inmediatamente su lugar y se ganó a todos con su sonrisa y su personalidad. Es un buen chico aunque a veces le gusta meterse en líos… y siempre le pillamos. Una vez le encontramos en el lavadero tratando de planchar su uniforme escolar ¡a las 4:00 de la madrugada!. También trató de salir a dar una vuelta en el coche de Robert a las 2:30 de la mañana, pero no sin antes despertar a todos en la casa con el ruido del motor y hacer cundir el pánico…

A pesar de todo esto, Sali, ha demostrado ser un gran estudiante. Destaca por su inteligencia y aprende muy rápido. Las aunties tienen muy buena relación con él, y es parte del equipo de ayudantes con el huerto y la granja, y Sali ayuda en todo, encantado, y aprende cada día.

Así, Sali va tomando sus decisiones de manera cada vez más inteligente. Hemos tenido que ser pacientes con él, y el esfuerzo ha merecido la pena.

Estudia sus últimos años de primaria en la escuela de Entebbe Junior y le va muy bien.