En 2010 decidimos acoger en nuestra casa a un grupo de 10 niñas que vivían en otro orfanato de nuestra zona, en el que los signos de negligencia y abusos eran evidentes. Robert conocía su situación de primera mano porque había estado ayudando a mejorar las instalaciones de dicho centro, y al ver las condiciones en las que vivían, no pudo hacer otra cosa que ayudar a aquellas niñas, trayéndolas a Malayaka House.

Como no estaba en nuestros planes, cuando llegaron tuvieron que compartir camas en una pequeña habitación, pero no les importó, porque estaban contentísimas de haberse convertido en parte de nuestro hogar.

Sharon formaba parte de este grupo de niñas, y cuando llegó era una niña que no paraba de bailar, sonreír y con una actitud muy positiva ante la vida. Podría tener muchas razones para mirar hacia abajo, pero para Sharon la vida no es eso, y nunca se rinde y utiliza cualquier medio que esté a su alcance para salir bien parada.

Menos cuando está enferma, siempre está de buen humor. Tiene una personalidad que contagia felicidad a los demás. Es una bailarina y cantante apasionada y una chica divertida con la que pasar tiempo.

Sharon juega al rugby y le encanta ser parte de esta comunidad.

Aunque puede que no sea la mejor estudiante del colegio, es una de las alumnas favoritas de los profesores y compañeros. A todo el mundo le cae bien Sharon. Ahora cursa Secundaria en el Trinity Senior Academy y seguramente después de este año comience a estudiar un curso de formación profesional.