William
En agosto de 2007 la Unidad de Infancia y Familia del Departamento de Policía de Entebbe contactó con Malayaka House en relación con unos bebés mellizos de cinco meses. Un “buen samaritano” había alertado a la policía de que su madre, enferma mental y sin hogar, tenía problemas para alimentar, vestir y cuidar a sus dos hijos enfermos. Cuando la policía pidió a Robert que se acercara a la comisaría, se encontró a los bebés tirados en el suelo, mojados, con frío, hambre, débiles y malnutridos. Pidieron a Robert que les cuidara y curara mientras buscaban a parientes, familia, amigos u otra solución.
Por entonces, nuestras aunties eran ya unas expertas en recuperar la salud de los niños que llegaban enfermos. Desde el minuto uno comenzaron a recuperarse. Les llamaron Isabella y William.
William era pequeño, frágil, y era el más triste y débil de los dos, mientras que Isabella sonreía desde casi el principio. Fue una época preciosa en nuestra casa, en la que para todos, incluidos los bebés que ya estaban en Malayaka House, se emocionaron por tener nuevos hermanos compañeros de juego. Todos de alguna manera eran conscientes del frágil estado de salud de los recién llegados, y disfrutaban arropándoles y cuidando de ellos. Achen fue la más feliz de todos, por fin se libraba de su papel de “la pequeña”. Isabella y William se sintieron cómodos, y empezaron a disfrutar de su nueva “abundancia”, la ropa limpia, la buena cama… y el cariño y la atención de todos.
Isabella y William fueron desde que empezaron a crecer, niños más listos y espabilados que su edad, probelmen, probablemente al haber sido los hermanos pequeños de una familia tan grande. Han hecho desde siempre todo lo que hacen los niños de su edad, y más. Durante años han tenido la suerte de poder seguir los pasos de sus hermanos mayores, aunque también es cierto que no es que estén hechos para seguir a nada o a nadie… son dos líderes y lo que hacen, lo hacen muy bien.
William, una vez se recuperó y empezó a crecer, ya no paró, superando a Isabella y haciéndose más grande y fuerte cada día. Él es un chico en el más amplio sentido de la palabra: duro de roer. Le gusta jugar, correr, montar en bici, patín, subirse a todo, patear balones, tirar cosas, columpiarse en los árboles y meterse en problemas.
Estudia Primaria en Pearl of Africa Primary School y sus profesores le adoran porque es educado y siempre tiene una sonrisa en los labios. Igual que su hermana, es un artista y hace unos dibujos de coches, aviones, soldados… que están al nivel de niños mucho mayores que él. También le encanta jugar al fútbol y destaca en el equipo de su colegio.
Estamos muy orgullosos de ti, William.