Nuestras niñas han vuelto a ser elegidas para representar a Uganda en la selección nacional de rugby. Juliet repite y es la primera vez para nuestra Chrissy. ¡Estamos super orgullosos de ellas!
Queremos aprovechar esta noticia para contaros cómo empezó todo. Para ello le hemos pedido a Anne, una voluntaria alemana que pasó mucho tiempo en Uganda, y que es la pionera de esta idea del rugby en Malayaka House, que comparta su historia con nosotros. Aquí está:
En diciembre de 2010, Malayaka House dio la bienvenida a un grupo de jóvenes ugandesas que venían de otro orfanato y que habían sobrevivido a todo tipo de malas experiencias. Desde que llegaron a Malayaka House, no querían molestar, y sonreían agradecidas por las comidas diarias y por poder ir a la escuela.
Un año después de su llegada, mi amigo John me preguntó si las chicas no querrían probar a jugar al rugby. Me pareció buena idea, así que les pregunté si querían unirse a los entrenamientos del sábado por la mañana. John fue un entrenador fantástico que pronto hizo que las chicas amaran este juego. El 6 de diciembre de 2011, Helen Koyokoyo Buteme y yo decidimos fundar un equipo de rugby femenino, los Entebbe Sharks, y poco después «robamos» las chicas a John y comenzamos a entrenar con ellas.
El primer año fue difícil para todas nosotros. Entrenábamos duro 2 o incluso 3 veces por semana, pero aún así seguíamos perdiendo todos los partidos. Pero las cosas mejoraron. Los Entebbe Sharks continuaron luchando y entrenando, y más y más chicas de nuestra comunidad se unieron a nuestros entrenamientos y a nuestro equipo. Y notamos una transformación en todas ellas. El rugby alienta a cada tipo de cuerpo a jugar en la posición donde uno se siente bien, así que todas se sintieron cómodas. En el campo de rugby su historia no importaba y a nadie le preocupaba que fueran huérfanas.
Ana con nuestras niñas en su segundo entrenamiento
Nuestras niñas se convirtieron en jugadoras increíbles. Su autoestima creció, y comenzaron a utilizar fuera del campo de juego, en su día a día, en su vida real, lo que aprendían dentro: trabajo en equipo, disciplina y enfocarse hacia un objetivo:
Tras varios años, algunas de ellas se dieron cuenta de que el rugby no era para ellas finalmente, pero siguen apoyando al equipo y mantienen en sus corazones todo lo que el rugby les enseñó y la experiencia que ganaron.
Los voluntarios que han visitado repetidamente Malayaka House han sido testigos del cambio en esta niñas, en su confianza y su bienestar. Una de esas voluntarias, Amy Carst, que lleva ahora Malayaka House USA, me dijo que si rugby tiene este extraordinario poder de cambiar las vidas de estas jóvenes a mejor, tenemos que hacerlo más grande, que llegue a más gente.
Esto me llegó al alma, y tras pensar mucho en ello y compartirlo con mucha amigos, decicí, junto con Helen, Irene, y Kate fundar Rugby Tackling Life, donde utilizamos el rugby como nuestra herramienta para empoderar a mujeres jóvenes en Uganda. En la actualidad juegan al rugby gracias a nuestra organización, 2000 niñas en todo el país, y nos dedicamos a difundir el amor por este deporte.
Además, tres de las niñas que comenzaron a jugar en Malayaka House, juegan hoy en el equipo de rugby nacional, el «Uganda Lady Cranes». Juegan “Rugby 7s” y mejoran cada día, y viajan cada vez más a distintos países del mundo a enfrentarse con otros equipos. Aunque somos una red de mujeres, debo mencionar a los hombres que han sido de gran apoyo: Kato, Wasswa, John y los Mongers (equipo de masculino) en Entebbe. Otro aspecto que no debo olvidar mencionar es que todos en Malayaka House hemos animado a las chicas a jugar, y que todos los niños y aunties, llevan años animándolas en todos los partidos que juegan en Entebbe, aplaudiendo sus derrotas igual que sus victorias.
Estoy muy orgullosa de ser parte de Rugby Tackling Life y de la familia de Malayaka House.
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