Educación = futuro

Georgie, nuestro niño precioso, empezó el cole el pasado mes de febrero. ¡Qué momento más importante en la vida de un ser humano! Empezar el cole es lanzarse a la vida, salir de tu círculo de confianza por primera vez en tu vida, enfrentarte a una realidad distinta a la que has vivido tus primeros años, conocer a más niños, a más adultos, a los profes… una comida distinta, unos hábitos diferentes, una vida más allá de la vida a la que estamos acostumbrados. ¡Qué mieditis y qué bonito a la vez!, no?

En Uganda el curso escolar empieza en febrero y dura hasta noviembre. Desde finales de enero lo que toca es pagar “school fees” (matrículas escolares), comprar los “school requirements” entre los que se incluyen libros, lápices, bolis, gomas, y un largo etcétera que concluye en hasta papel higiénico y un par de escobas para contribuir con la limpieza del colegio.

Este año ha sido emocionante porque Georgie empezaba el colegio, pero no solo por eso, también porque Jacinta y Carol, dos de nuestras niñas más mayores, ya en su veintena, esas que ya son independientes gracias a los micro negocios que hemos puesto en marcha, que son tan independientes que ya comenzaron a formar su propia familia y nos hicieron “abuelos”, han comenzado a llevar también a sus hijas al cole.

El día que empezaron hablé con Jacinta y le pregunté: “¿No estás super orgullosa de ti misma? Has dado a luz, has cuidado de tu hija, y ahora la llevas al colegio”. Ella me miraba un poco en plan “auntie Bea está turururu” y yo esto no se lo dije pero pensé : “Jacinta, has roto tu círculo de pobreza, y tu hija no va a vivir lo que tú viviste que te llevó a acabar en un orfanato y a quedarte embarazada cuando tenías tan solo 15 años; tu hija tiene acceso a la educación y está rodeada de hermanos y hermanas que la adoran y se preocupan por ella, Esther tiene suerte de que seas tu madre, y estamos muy orgullosos de ti”.

Tan orgullosos de ella estamos como del resto de nuestros niños que volvían el 5 de febrero con muchas ganas y mucha energía a comenzar un nuevo curso escolar.

En Malayaka House vivimos los comienzos de curso con mucha ilusión y con muchas ganas porque sabemos que para estos niños, que vienen de donde vienen, tener acceso a la educación de calidad que les ofrecemos, es un regalo caído del cielo. Ellos son conscientes, y nosotros somos conscientes también. Nunca podremos agradecer suficiente a todo el mundo que nos ayuda.

Este año, además, hemos incorporado en nuestros gastos escolares a varios niños que no viven con nosotros, pero que hemos considerado debíamos ayudar. Son niños sin recursos y/o con discapacidad que necesitan de nuestra ayuda.

Ishmail es sordo y le habíamos estado pagando los gastos escolares durante varios años en la Welfare School de Entebbe, un cole para niños con necesidades especiales. Ahora que se está haciendo mayor, en ese cole ya no tienen su curso, así que le hemos metido interno en un cole para sordos en Kampala. ¡Estaba super feliz!

Mary, nuestra dulce Mary, tiene dos hermanos de los que os hablaré otro día, que vivían con los abuelos en una situación de pobreza extrema. Hemos comenzado a pagar sus school fees en un colegio interno para que puedan vivir dignamente y tener una educación en condiciones. No podría describiros con palabras la cara de felicidad de Mary cuando se enteró y cómo nos dijo «thank you».

Precious, de la que también os hablaré otro día, ha estado viniendo a Malayaka House durante un año para que su madre, con una situación de vida muy precaria, pudiera trabajar. Tiene y la cadera desviada lo que le hace meter los pies para dentro cuando camina. Ahora hemos conseguido los fondos para pagar su matrícula escolar, y va al cole con Esther y Promise.

Además de esto, ha habido algunos cambios en los coles de nuestras niñas más mayores. Juliet y Justine han decido dejar la educación formal y comenzar cursos de educación profesional en la hostelería y turismo respectivamente. Shanita y Mauricious han decido cambiar de colegio y comienzan esta semana en Trinity Secondary School.

 

Volviendo a Georgie os cuento que va con Alex a un cole que se llama Kissy Fur, que no tiene nada que envidiar a los colegios “occidentales”. Estamos muy felices de que la dirección les acepte entre sus alumnos, y que les dé una oportunidad así de interesante que sin duda tendrá un gran impacto en su futuro.

Georgie va feliz al cole todos los días… y Alex, y Amina, y Esther, e Ishmail, y Malayaka, y Bobo, y Jimmy, y Achen,… y así hasta 40 menores que tenemos escolarizados y por los que podemos afirmar, orgullosos, tú también que nos lees, que estamos cambiando su futuro entre todos.

Educación = futuro

¡Seguimos adelante!

Beatriz Gutierrez

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